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Producción de aceite de semilla de girasol
Las semillas de girasol deben cribarse rigurosamente para eliminar impurezas (como tallos, hojas, arena, grava, fragmentos metálicos, etc.). Se suelen utilizar cribas vibratorias, separadores magnéticos y otros equipos para garantizar la pureza de las semillas. El contenido de humedad de las semillas limpias debe controlarse entre un 8 % y un 10 % para facilitar su posterior descascarillado.
La cáscara de las semillas de girasol contiene más fibra, lo que afecta la producción de aceite y debe eliminarse mediante una descascaradora centrífuga o de impacto (la tasa de descascarillado suele ser del 80 % al 90 %). Los granos descascarillados se trituran en 4-6 pétalos con una trituradora para aumentar la superficie para su posterior cocción al vapor y fritura.
Los granos de semillas triturados se introducen en la sartén y se calientan a 100-110 °C durante 15-30 minutos. Este proceso puede destruir la estructura celular, reducir la viscosidad del aceite y desnaturalizar las proteínas, aumentando así su rendimiento. Tras la cocción al vapor y la fritura, la temperatura del material se eleva a 60-70 °C y el contenido de humedad disminuye al 5-7 %.
Método de prensado: Se utiliza una prensa de tornillo para el prensado físico, que se divide en preprensado (aceite residual de aproximadamente el 15 %) y prensado completo (aceite residual del 5-7 %). El aceite crudo prensado debe filtrarse para eliminar los residuos de la torta.
Método de lixiviación: Se utiliza n-hexano y otros disolventes para extraer la torta preprensada y se recupera el disolvente mediante evaporación y destilación. El aceite residual se puede reducir a menos del 1 %. El método de lixiviación ofrece un mayor rendimiento de aceite, pero el residuo de disolvente debe controlarse estrictamente.
El aceite crudo contiene impurezas como fosfolípidos y ácidos grasos libres, que deben purificarse mediante los siguientes pasos:
Desgomado: Se añade agua o ácido fosfórico para hidratar los fosfolípidos y luego se centrifuga.
Desacidificación: Se añade álcali (NaOH) para neutralizar los ácidos grasos libres, se genera una pasta de jabón y luego se elimina.
Decoloración: Se utiliza arcilla blanca activada para adsorber pigmentos (como clorofila y carotenoides).
Desodorización: Se destila para eliminar las sustancias olorosas a alta temperatura (200-250 °C) y en condiciones de vacío.
El aceite refinado se enfría y se filtra, y luego se analiza su índice de acidez, índice de peróxidos y otros indicadores. Si cumple con los requisitos, se llena con nitrógeno para su conservación y se envasa como producto terminado. Algunos productos incorporan antioxidantes como la vitamina E para prolongar su vida útil.
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